Los
platillos, también llamados platos de mano, platos chocados
o platos a dos, instrumento típico del folklore turco,
comienzan a introducirse en Europa a partir del S.XVIII.
Constan de dos planchas metálicas circulares, de unos cuarenta
centímetros de diámetro, que en su centro poseen
unas empuñaduras para poder asirlas y así hacer
entrechocar las dos planchas.
El sonido que producen es poderoso y de gran color, de lo que
se deduce que las posibilidades sonoras más interesantes
de este instrumento se produzcan dentro de la dinámica
forte o fortísimo. Dentro del mundo orquestal, su papel
es fundamental dentro de los llamados tutti.
El platillero nunca percute un plato frente a otro, sino que los
percute en forma diagonal y procurando que choque la casi totalidad
de la superficie de ambas caras. Si no lo hiciera así,
el resultado sonoro sería seco y sin ninguna calidad ni
brillo.
|