Para
el análisis de los movimientos de inestabilidad de un talud
o una ladera es de primordial importancia el reconocimiento de
los factores que actúan como desencadenantes. Su conocimiento
permitirá, además, definir las medidas necesarias
para evitarlos o corregirlos.
Suele admitirse
que los factores o las causas que producen la inestabilidad de
taludes o laderas no se presentan de manera aislada, haciéndolo
normalmente combinados (lluvias y sismo, excavación, lluvias
y sismo).

La susceptibilidad
de una masa de terreno a deslizar entendida esta palabra en su
sentido más amplio y no como referencia al fenómeno
de inestabilidad conocido como deslizamiento depende, básicamente,
de los siguientes factores:
1. Geología
y Tectónica. Si las fracturas ligadas a la tectónica
tienen una inclinación desfavorable, aun en ausencia de
agua, pueden producirse inestabilidades. Lo mismo se podría
decir en relación con las fallas, la degradación
que pueden sufrir los materiales situados en sus proximidades,
es también una causa muy frecuente de producción
de inestabilidades.
2. Geometría: Altura e inclinación
3. Sobrecargas puntuales o distribuidas en coronación
de taludes o en laderas. Constituyen ejemplos típicos los
rellenos, escombreras, acumulaciones de materiales en general,
estructuras, etc. Estas sobrecargas producen un incremento de
las tensiones de corte y de las presiones intersticiales en suelos
de naturaleza arcillosa.
4. Cambios en el contenido de agua del suelo.
La saturación de los materiales que constituyen una ladera
natural o un talud después de un período de lluvias,
implica un incremento de peso de la masa potencialmente inestable
y una menor resistencia al corte.
5. Cambios en las condiciones de circulación de
aguas profundas. La excavación de un talud puede
dar lugar a unos elevados gradientes de circulación de
las aguas subterráneas para adaptarse a las nuevas condiciones
geométricas establecidas, y por lo tanto a una variación
de las presiones intersticiales existentes.
6. Meteorización. Son muy numerosos los
materiales que ante agentes físicos, químicos o
atmosféricos sufren importantes transformaciones de comportamiento.
En el caso de las rocas es bastante conocida en España
la transformación del granito en Jabre.
7. Sacudidas sísmicas, voladuras y vibraciones.
Los movimientos de tierra producidos por cualquiera de las causas
anteriores, originan un cambio temporal del estado de esfuerzos
existente en una masa de terreno que puede afectar a la estabilidad
de la misma. En el caso de arenas finas saturadas es frecuente
que se produzca el fenómeno de la licuefacción.
Hay que recalcar
la gran importancia que tiene el agua en la estabilidad de un
talud. Es quizá el principal agente desencadenante de gran
número de movimientos de inestabilidad, debido a la disminución
de resistencia a que da lugar y al aumento de presiones intersticiales.
La asociación entre movimientos y períodos lluviosos
es ampliamente conocida en el mundo entero.
|