Son movimientos
que se producen por diversos tipos de causas. Al superarse la
resistencia al corte de un material a lo largo de una superficie
de debilidad o a través de una franja estrecha de material
menos resistente que el resto.
Tienen normalmente
su origen en una rotura local, ocasionándose posteriormente
una general causada por la propagación de aquella. La masa,
una vez producida la rotura puede deslizar a una distancia variable,
solapándose con el terreno natural y marcando éste
una superficie de separación bien definida.
Los deslizamientos
en laderas constituyen un accidente habitual de la corteza terrestre,
y están asociados generalmente a lluvias intensas. A veces
se producen en formaciones geológicas desfavorables o singulares,
y a causa de excavaciones. Es el caso por ejemplo de los observados
durante la construcción del Canal de Panamá en la
formación denominada Cucaracha, una lutita muy blanda.
Una vez abierto al tráfico, han seguido produciéndose,
cegando totalmente en algún caso el canal.

A pesar de que el
análisis de este tipo de fenómenos se realiza en
dos dimensiones, la realidad es que son movimientos tridimensionales,
de forma que la configuración típica de un deslizamiento
es la de una concha o cuchara, de anchura aproximadamente igual
a su longitud, medida ésta según el talud.